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sábado, 7 de diciembre de 2019

CASO PRÁCTICO: Madre lactante con un bebé de 7 días de vida, acude a la consulta de enfermería solicitando ayuda porque presenta heridas en ambos pezones, hasta ahora solo refería dolor pero desde esta noche ha comenzado con sangrado tras el inicio de la toma. El bebé realiza 10 tomas en 24h, el enganche que tiene es superficial. El peso al nacimiento del RN fue de 3,300kg, perdió 150 mg durante su estancia en el hospital, pero en la actualidad ha recuperado lo perdido. Realiza 6 micciones de orina clara al día y 5 deposiciones amarillo mostaza. El bebé duerme y está tranquilo durante el día presentando señales de hambre cada 2-4 horas.




 A. ¿Qué recomendarías como profesional de lactancia para mejorar las grietas y el enganche?:
La OMS y UNICEF recomiendan lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida del bebé, a partir de ahí hasta los 2 años, complementar lactancia materna con otros alimentos, que han irse incorporando, en la dieta del niño. Lo cierto es que la mayoría de las mujeres, abandonan la lactancia antes de lo que se aconseja, una de las causas más frecuente es,  los problemas desencadenados en el pecho durante la lactancia. Con la falta de experiencia y de información suelen surgir dificultades, que a pesar de tener fácil solución, pueden convertirse en un auténtico suplicio y afectar de forma importante el bienestar físico y psíquico de la madre.
Unas grietas mal manejadas, que lesionan el pezón, puede ser causa de abandono o rechazo intenso a la lactancia por parte de la madre, la hora de dar el pecho se convierte en una tortura.
 Lo primero que debemos saber es que la lactancia NO debe doler. NO es normal sentir dolor mientras damos el pecho ni tampoco después de la toma. Partiendo de esa base, podremos asumir que si en algún momento sentimos dolor con la lactancia, es porque hay algo que está fallando. Existen diversas causas de dolor durante el amamantamiento, pero una de ellas (seguramente la más frecuente) es una mala postura al amamantar, lo que ocasiona un mal agarre boca-pezón, y con ello la aparición de dolor y, en muchas ocasiones, de grietas.
¿Qué se puede hacer? Pues lo más fácil es la prevención. Aunque el mal agarre no es la causa de todas las grietas, sí lo es de la mayoría, por lo que si corregimos el modo que tiene el bebé de engancharse al pecho, tendremos menos posibilidades de sufrirlas.
¿Cuáles son los signos de agarre correcto? En primer lugar, debemos colocar al bebé cerquita de nosotras, “barriga con barriga”, bien pegado, con la cabeza alineada con la espalda. Debemos colocarnos cómodas, en una postura que no nos suponga esfuerzo ni en la que carguemos el peso de bebé (espalda recta y brazos descansando sobre almohadas o cojines). La boca del bebé tiene que estar bien abierta, como si se fuera a comer una hamburguesa, y los labios evertidos. Además, no deberíamos escuchar sonidos de succión o chupeteo y sobre todo, no sentir dolor durante la toma.
¿Cómo se pueden tratar las grietas si ya han aparecido? Es importante que el pezón esté seco y si es posible, al aire, para favorecer su cicatrización. Se suele recomendar aplicar unas gotas de nuestra propia leche, pero no siempre este consejo es aplicable. Si la grieta es pequeña, podemos hacerlo. Si la grieta es muy grande o hay signos de infección, habría que tomar otras medidas, como acudir al centro de salud, matrona, enfermera comunitaria, para valorar y tratar el problema. 
El uso de pezoneras a veces puede mejorar las grietas, pero deberían estar recomendadas por tu matrona y ser adecuadas al tamaño del pezón. También podemos emplear parches de hidrogel. Hay que  evitar el uso de empapadores en la medida de lo posible (sí podemos usar las copas o conchas protectoras).
Cuando algo no va bien, no se debe aguantar el dolor, o esperar a ver si mejora, lo mejor es consultar con un profesional, para poder poner solución pronto y poder disfrutar cuanto antes de esta experiencia.

 

 


Posición del bebé al pecho

Aparte de que, para amamantar, la madre disponga de varias posturas entre las que escoger, también existen distintas posiciones para colocar al bebé y múltiples combinaciones de ambas.
posicion bebe

El agarre espontáneo y la postura biológica: Igual que todas las demás crías de mamíferos nuestro bebé es capaz de alcanzar el pecho y mamar por sí mismo correctamente si se lo permitimos.

              agarre-espontaneo






Postura sentada – Posición estirado: El bebé estirado frente a la madre en contacto con su cuerpo, mamando de un pecho y con sus pies hacia el otro pecho. Es la más habitual.

                                  






Postura sentada – Posición “de rugby”: El cuerpo del bebé pasa por debajo del brazo de la madre y sus pies apuntando a la espalda.
   
                                          











Postura sentada – Posición caballito: En esta posición el bebé está sentado a horcajadas sobre una de las piernas de su madre.




                                       






Postura estirada – Posición estirado (en paralelo): En este caso tanto la postura como la posición son frecuentes ya que de este modo se facilita el descanso de la madre. Es especialmente útil si la madre todavía siente molestias tras el parto, sobre todo si ha sido sometida a una episiotomía o cesárea.

                                




Postura estirada – Posición estirado (en paralelo inverso): En este caso la posición del bebé es menos frecuente que la anterior pero hay madres que se sienten cómodas con ella y también puede ser útil, igual que la postura “a cuatro patas”, en caso de obstrucciones o mastitis agudas localizadas en la parte superior del pecho.
                                amamantar-inverso




Postura “a cuatro patas” – Posición “boca arriba”: Esta postura es poco frecuente en el amamantamiento diario.
                                amamantar-cuatro-patas






 B. Tras las recomendaciones no se consigue enganche óptimo y mejoría clínica, la paciente desea inhibir la lactancia. ¿Qué la recomendarías para no abandonar la lactancia?:




Amamantar a nuestro hijo es una de las cosas más maravillosas que pueden sucedernos como mujer. Esa conexión madre-hijo es única e inigualable. El mundo se detiene cuando nuestro bebé se alimenta de nuestro pecho, y las mujeres nos sentimos poderosas y plenas ante la satisfacción de saber a nuestro hijo tan feliz y tranquilo en el pecho de mamá. Sin embargo, esta imagen de película a veces puede verse empañada por varios factores propios o ajenos que nos hacen desistir y optar por dejar de amamantar gradual, o totalmente, e ir pasando poco a poco a la leche artificial, que nunca va a igualar las propiedades benéficas de la leche materna. 
Los beneficios de la lactancia materna son indiscutibles tanto para el niño como para la madre en términos de salud y tanto en países desarrollados así como en desarrollo, gran cantidad de muertes infantiles y maternas las podríamos evitar con una correcta promoción y apoyo a la lactancia materna.
 En cuanto a los niños, estas son las ventajas si son amamantados y las mamás siguen las recomendaciones de la OMS se pueden beneficiar:
 • Disminución en la infancia de enfermedades de carácter infeccioso como: gastroenteritis aguda, infecciones del tracto respiratorio inferior, otitis medias.
 • Disminución de eczemas, alergias alimentarias, rinitis alérgicas, asma.
 • Disminuye a nivel oral las caries y la maloclusión.
 • Ya en niños no amamantados o adultos tendrán presión arterial más baja, menor sobrepeso y obesidad, menores niveles de colesterol total, menor riesgo de diabetes tipo 2 y un coeficiente intelectual ligeramente más elevado. 
En cuanto a sus madres: 
• Menor anemia por la amenorrea lactacional. 
• Disminuye el riesgo de cáncer de pecho y ovario. 
• Aumento de la pérdida de peso post parto.
 • Y menor riesgo de osteoporosis.
 No solo debemos de hablar en términos de salud porque también a nivel económico y social la lactancia materna nos reporta beneficios:
 • Es totalmente gratuita su dispensación.
 • Mejora la salud de los niños por lo cual van menos al médico e ingresan menos en los hospitales.
 • Disminuye el absentismo laboral de los padres. 
En cuanto a los beneficios medioambientales cabe reseñar que la lactancia materna es natural, renovable, segura para el entorno, se produce y se consume sin polución.

Otras recomendaciones que también pueden ayudar son:
  • Pega tu bebé al pecho lo más que puedas:

Probablemente el primer mes de vida de tu bebé sientas que te la has pasado literalmente “con el bebé a la teta”. Y puede que así sea. ¿Recuerdas la ecuación?: a más succión, más producción. Somos productoras de leche, no almacenadoras. Mientras tu bebé más succione más leche generarán. Siempre hay reservas, es un mito eso de que “me he quedado sin leche”. Si el bebé chupa constantemente cuando él lo pide (o cada 3 o 4 horas) día y noche, producirán leche sin problemas. Éste es el punto más importante, ofrecer el pecho a libre demanda.
  • Asegúrate que esté succionando bien:

Una lactancia exitosa tiene que ver con una succión exitosa. El bebé debe chupar no sólo el pezón sino también parte de la areola. Si sientes que no se ha prendido bien, ingresa el dedo meñique en su boquita para que se suelte y acércatelo nuevamente; cuando abra su boca en forma de “o” acerca tu pecho y asegúrate que lo haga de la forma adecuada. También es importante que su barriguita esté pegada a la tuya, que su cabeza no esté más baja que su cuerpo, y no escuchar chasquidos durante la toma.
  • El ambiente ayuda mucho:

Alimentar a tu hijo es un momento mágico. Un buen ambiente tranquilo, con una luz tenue y tal vez un cómodo sillón con almohadones ayuda a que la mamá y el bebé estén relajados a la hora de la lactancia.

  • Utiliza sacaleches:

Si debes volver pronto al trabajo y temes no poder seguir alimentándolo, una gran solución es utilizar un sacaleches para armar un banco de leche propio. Así, quien esté al cuidado de tu bebé mientras trabajas podrá alimentarlo con tu propia leche. Hay sacaleches manuales y eléctricos. Sea cual fuera que elijas, ten en cuenta que puede llevar algún tiempo en adecuarse a sacarte leche. Ve armando el banco de leche al menos unos 15 días antes de comenzar a trabajar. Hay bolsitas especiales para el almacenamiento de la leche materna, y en el refrigerador dura hasta seis meses.
                    


 C. ¿Qué métodos conoces para suplementar al recién nacido? Nombrarlos y explica dos de ellos. 

Biberón:

             
El método que más se usa para ofrecer los suplementos a los bebés que los necesitan suele ser el biberón, sin embargo, no es el más adecuado en el caso de bebés que toman pecho porque pueden producir una confusión en el bebé a la hora de succionar y se ha visto que hay bebés que terminan rechazando el pecho porque sacar la leche del biberón no requiere esfuerzo y porque obliga a colocar la boca y la lengua de forma diferente.
Si no hay más remedio que utilizar un biberón se puede optar por los biberones que están pensados para bebés amamantados que ofrecen más resistencia para extraer la leche.
Dedo-Jeringa:
                   
Con una jeringa (sin aguja) y nuestro dedo limpio podemos ofrecer el suplemento que necesite nuestro hijo de una forma muy sencilla.
Se trata de introducir la jeringa en la comisura del labio y un dedo en la boca (el dedo debe llegar hasta el punto en el que empieza el paladar blando). Cuando el bebé succione se administra un poco de leche para que sea el bebé el que controle la cantidad de leche que come y lleve su propio ritmo.
Cuando el bebé deja de succionar, dejamos de administrar leche.
Este sistema se utiliza mucho en casos de bebés con problemas de succión y deglución porque la succión que realiza el bebé es similar a la que realiza cuando mama del pezón de su madre.
También se usa mucho en recién nacidos cuando los suplementos que se dan son pequeños (porque su estómago es muy pequeño).

Vasito:

                          
Los bebés pueden beber en vaso desde recién nacidos y a mi me parece un método de suplementación muy bueno, porque es sencillo y no requiere comprar nada especial.
Como se ve en el vídeo no hay que levantar demasiado el vaso para no agobiar al bebé, con que apoyemos el vaso en el labio inferior es suficiente y así dejamos que el niño lleve el ritmo que desee










Relactador:

                          
El relactador consta de una bolsita con leche (de fórmula o materna extraída) y un tubito muy fino que se introduce en la boca del bebé mientras succiona el pecho.
Es la forma más efectiva de estimular al mismo tiempo la producción de leche de la madre y la succión del bebé (porque cuando mamá obtiene leche y no se frustra) por eso se recomienda en casos de hipogalactia de la madre o en casos en los que se necesita estimular la producción de leche.
En cualquier caso, sea cual sea el método empleado para la suplementación es conveniente ofrecer primero el pecho y después el suplemento para no poner en riesgo la lactancia materna.








BIBLIOGRAFÍA:


  • Organización Mundial de La Salud. OMS. Modalidades de la lactancia natural en la actualidad. Informe sobre el estudio en colaboración de la OMS acerca de la lactancia natural, Ed. OMS. Ginebra, 2015.
  • 6.Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría. Lactancia Materna: guía para profesionales. Monografías de la AEP número 5.
  • .Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría. Informe técnico sobre la lactancia materna en España. An Esp Pediatr 2015; 50: 333-340. 
  • Hernández MT, Aguayo J. La lactancia materna. Cómo promover y apoyar la lactancia materna en la práctica pediátrica. Recomendaciones del Comité de Lactancia de la AEP. An Pediatr (Barc) 2005; 63: 340-356.  




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