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jueves, 14 de noviembre de 2019

Miomas uterinos, los bultos "ahí abajo"

¿Qué son los miomas uterinos?

Los miomas uterinos, también conocidos como leiomiomas o fibromas, son los tumores uterinos benignos más comunes. Son tumores sólidos que derivan del miometrio, pueden ser únicos o múltiples y están constituidos de matriz extracelular, colágeno, fibronectina y proteoglicanos. Se estima que 60% de las mujeres llegan a tener miomatosis a lo largo de la vida, entre ellas 60% de los casos aparecen de los 40 años, y en 80% de las mujeres antes de los 50 años de edad.

Esta enfermedad se considera genética, puesto que se ha confirmado por varios estudios de citogenética donde han encontrado que 40% de los fibromas uterinos están cromosómicamente alterados.


Estos tumores son dependientes de estrógenos y progesterona, es decir,  los estrógenos son el principal agente inductor del crecimiento de los fibromas, visto que, durante la vida reproductiva de la mujer aumentan de tamaño y disminuyen después de la menopausia.


Sigue sin conocerse el origen celular de los miomas uterinos, pero varias observaciones sugieren que se originan por la transformación de una sola célula madre del miometrio, influida por las hormonas ováricas, por ello, los estudios genéticos más recientes de los fibromas hagan pensar que se trata de tumores monoclonales.



¿Se pueden convertir en un tumor maligno?

Sólo un 0,5% de los miomas se convierten en tumores malignos (sarcomas).

¿Todos los miomas son iguales?

Los miomas se clasifican de acuerdo con su localización en el útero, entre ellas encontramos los siguientes tipos




Submucosos: Representan el 5% de los miomas uterinos, caracterizados por distorsionar la cavidad uterina. Estos miomas se desarrollan justo por debajo de la pared de la cavidad uterina. Por esto, tienen mayor efecto sobre las grandes hemorragias menstruales, pueden causar problemas de infertilidad y abortos espontáneos. 

Intramurales o intersticial: Es el tipo de mioma más común (85%) y se desarrollan dentro de la pared uterina. En estos casos no distorsionan la cavidad uterina y menos de 50% sobresale a la superficie serosa del útero, pero al ir expandiendo, el volumen del útero aumenta.

Subserosos: Aparecen en el 10% de los casos y ser sésil o pedunculado. Se trata de miomas que se desarrollan en la porción externa del útero y continúan su crecimiento hacia afuera, sobresaliendo más de 50% de la superficie serosa del útero, por lo que pueden llegar a alcanzar otros órganos.

Cervicales: estos se localizan en el cuello uterino, en lugar del cuerpo.


¿Me puede pasar a mí?

Hay algunos factores que pueden influir:




Los síntomas pueden ser inexistentes o variar de leves a intensos. El 30-40% de los miomas son asintomáticos; sin embargo, las manifestaciones dependen de ciertos factores como la ubicación, localización según la porción uterina afectada, cantidad, tamaño y edad de la paciente. Los miomas pueden causar los siguientes síntomas:


  • Cambios en la menstruación: Hipermenorrea, polimenorrea o menorragias pudiendo derivar en periodos menstruales más largos, frecuentes o intensos y dolores menstruales (cólicos). Estos síntomas son característicos en los miomas intramurales. La metrorragia cíclica o acíclica en cambio, manifestado por un sangrado vaginal fuera del periodo menstrual, es más frecuente en el mioma submucoso.
  • Anemia: en 30 a 70% de las pacientes con miomatosis sufren una alteración en el sangrado. Puede ser debido a una pérdida crónica y/o excesiva en cada periodo menstrual, de manera que tiene un riesgo potencial de anemia.
  • Dolor: Este se puede producir por compresión de órganos vecinos o tracción de los plexos y debidos a complicaciones como la torsión, degeneración o necrosis, aumento de la contractilidad y espasmo uterino, siendo el dolor pélvico cíclico el más común. El dolor se localiza y se produce fundamentalmente en el abdomen, en la región inferior de la espalda y/o durante las relaciones sexuales, se puede sentir un dolor sordo, intenso y persistente o un dolor agudo. El dolor puede estar asociado con fiebre, dolor a la palpación uterina, leucocitosis o signos peritoneales.
  • Tumor: Puede ser palpable por el propio paciente o ser un hallazgo espontáneo en el examen físico en un examen preventivo ginecológico o por otro motivo de consulta.
  • Presión: al comprimir algunos órganos, se puede manifestarse como dificultad para orinar o necesidad de orinar con frecuencia, distensión abdominal, estreñimiento, dolor rectal o dificultad para evacuar, cólicos abdominales, etc.

Habitualmente se puede diagnosticar realizando un examen físico, junto al cuadro clínico. Otras veces en cambio, es un hallazgo espontáneo cuando acuden a la consulta ginecológica por otros motivos. los miomas del útero se pueden diagnosticar con los siguientes procedimientos:
Examen físico: con la palpación se puede determinar el tamaño, forma y consistencia del útero y los nódulos, así como su localización. 

  • Ultrasonido abdominal o transvaginal: es el medio diagnóstico más útil en el momento actual porque identifica muy tempranamente tumores muy pequeños y otros de localización muy difícil, así mismo, descarta el diagnóstico diferencial del embarazo y tumores sólidos de ovario. Este método tienen una sensibilidad hasta del 85% para detectar miomas de 3 o más centímetros.
  • La histerosalpingografía es un examen especial de radiografía, pudiendo detectar alteraciones anormales en el tamaño y la forma del útero y las trompas de Falopio. 
  • La ecohisterografía es un examen donde se introduce un líquido en el útero a través del cuello uterino y se utiliza la ecografía para ver el interior del útero. Este líquido ofrece una imagen clara del revestimiento del útero. 
  • La laparascopia se utiliza para visualizar la cavidad abdominal. El laparoscopio se introduce por una pequeña incisión que se hace a través del ombligo, por el cual se pueden ver miomas en el exterior del útero.
  • La histeroscopía es un método que permite diagnosticar pólipos o miomas submucosos.
  • La tomografía axial computarizada y la resonancia magnética (RM), tienen una mayor sensibilidad y especificidad que el resto de los exámenes de imagenología para el estudio de los miomas. Se recomienda usar la resonancia magnética en casos justificados ,como en la dificultad diagnóstica o de investigación.

¿Cómo me puedo curar?


Es imprescindible tener en cuenta varios aspectos para elegir el tratamiento adecuado, como la edad, salud general pariedad (hijos vivos), deseo de nuevos hijos, numero, tamaño y localización de los miomas y síntomas y complicaciones que haya tenido o los padezca en el momento actual.

Tratamiento farmacológico:
  • Los análogos de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRh) reducen significante el tamaño de los miomas hasta 35 al 60%, pero tienen importantes efectos secundarios como hipoestrogenismo.
  • Medroxiprogesterona: aunque no modifica el tamaño del mioma, es útil en el manejo de la hemorragia anormal. 
  • Analgésicos Antiinflamatorios No Esteroideos (AINES): no modifican el tamaño de los miomas, actúan inhibiendo el dolor y disminuyen la hemorragia. 
  • Dispositivos endoúterinos de progestágenos: puede ser útil en el manejo de la hemorragia, con reducción del 85% a los 3 meses. 
  • Ulipristal: actualmente se usa para evitar el embarazo, algunas investigaciones han demostrado que es efectivo para reducir los tumores no malignos del útero, otros en cambio, que es tan efectivo como las inyecciones mensuales de Lupron, para reducir el sangrado, e incluso ha causado menos efectos secundarios.
  • Danazol: produce un aumento de los andrógenos y una bajada en estrógenos, provocando atrofia del endometrio y reducción de los miomas, sus beneficios superan sus riesgos.
  • Mifepristona oral: a razón de 5 ó 10 mg diarios por 3 meses, aunque el tamaño del mioma y del útero pueden estar cercanos a los valores antes del tratamiento, hay una notable mejoría clínica.
  • Suplementos de hierro para prevenir o tratar la anemia por los períodos abundante y/o sangrados crónicos. 
Tratamiento Quirúrgico:


Cualquier técnica quirúrgica debe elegirse en base a criterios de selección muy estrictos que incluyan el estado general de la paciente y el respeto a sus expectativas.

  • La miomectomía es un procedimiento que se realiza en las pacientes que desean conservar el útero. Realizar este procedimiento con laparotomía por vía abdominal ha demostrado ser la técnica más adecuada.
  • La miomectomía histeroscópia puede ser la solución en pacientes con miomas submucosos o pediculados, puede considerarse como la primera línea para el manejo quirúrgico conservador en miomas intracavitarios sintomáticos.
  • La embolización de la artería uterina es un procedimiento quirúrgico que reduce los miomas, disminuyendo la hemorragia uterina, síntomas de compresión y problemas de infertilidad. 
  • La histerectomía es el tratamiento definitivo en mujeres con paridad satisfecha y miomatosis uterina sintomática.
  • La ablación de endometrio es una opción terapéutica de bajo riesgo quirúrgico en pacientes con miomatosis uterina de pequeños elementos que presentan hemorragia uterina anormal.
  • El tratamiento con ecografía concentrada es un tratamiento no invasivo que utiliza una RM. Este procedimiento está contraindicado en mujeres con sobrepeso, miomas muy grandes o que presentan grandes cicatrices como resultado de cirugías abdominales previas.

Medicina natural o tradicional:

  • Siembra de Catgut: provoca una disminución del volumen del tumor junto con la desaparición del sangrado.
  • Acupuntura y electroacupuntura (EA): disminuye el volumen de los miomas inferiores a 40mm, asimismo, provoca una mejoría sintomática en todos los casos.




Bibliografía:

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